No consigo ver mis fallos en la tarde fría de Valencia. Me volví a descuidar en un intento de infravaloración, pero una vez vino la claridad, hoy descubriendo viejos recuerdos en la oscuridad, demasiado tiempo sin pensar en mí, descuidando las merecidas sonrisas. Sin dar demasiado que pensar paseo por los viejos callejones, me voy metiendo veintidós tiros libres en Badalona, años de gloria.
Y ahora sentada en una esquina vuelvo a ser quién soy, pensando en los amigos que tenía, destellos de alegría, sonriendo pensando las veces que la mala suerte me gana, los sueños son mentiras, la vida es divina cuando reconoces de lo que eres capaz y encima puedes, cuado te anulan, nos vemos otro día. Huir con tus ideas es de cobardes me dijeron una vez, si es así, prefiero ser cobarde que no masoca.
¡Vive y deja vivir!
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