miércoles, 14 de enero de 2009

Un rayo de sol alumbra mi cara en la mañana, intento sonreirle, me es imposible, intento gritar bajo las sábanas, impotencia de tener que enfrentarme a un nuevo día donde los sueños corren hacia abajo como la nieve de las montañas. De pequeña soñaba despierta, luchando, incansable, por conseguir esos sueños. Soñaba que de mayor viviría con ellos, soñaba con un folio en blanco y una mente llena de ideas, veía una privilegiada cabeza escrbiendo en el parque del retiro, capaz de todo. Hoy veo la cruda realidad a través de la ventanas.
Inseguridad es lo que hace quedarme parada mirando hacia ninguna parte, impotencia de no tener fuerzas para gritar a los cuatro vientos.
Entiendo que nunca podré dejar de luchar en este infame mundo. Veo el principio del fin de las cosas y me siento más vacía que nunca, vacía por no poder mirar el sol que brilla.
En la cama sueño despierta, intento encontrar mi rostro en la gente que me rodea, intentando desahogar cada sentimiento en las sonrisas de los recuedos que me acorrarlan día tras día. Gloriosos recuerdos que de vez en cuando me dicen quien soy y de dónde vengo. Logro que me pertenezcan por segundos, ellos están con el sol, yo sigo bajo las sábanas, me llaman constantemente.
Espero a que llegue la noche, la verdad se oculta tras ella, nadie la ve, nadie tiene fe en ella, la humildad se ha perdido en un mundo oscuro, si no se sabe vivir con ella, aprendería con los ojos cerrados a vivir mi condena, y evitaría lágrimas a los que andan al borde de mi mundo.
Tras esta noche toca levantarse de nuevo, la conciencia de tu día anterior te dará más o menos fuerzas, deja andar a los que andan contigo y a los que no, aprende de tus errores y reconoce tus límites, que no se trata de ser más y mejor, si no de vivir y dejar vivir.

1 comentario:

Angeles Muñoz dijo...

Hola Stella, como ya sabes sigo tu blog :D, pasate por el mio y me dices que te parece.

Un beso guapa.

http://madridymicamara.blogspot.com/