miércoles, 23 de abril de 2008

Hoy

Levanto la mirada provocadora repleta de sueño, hace una mañana estupenda, a mi por alguna razón no me lo parece tanto, el sol brilla con demasiada fuerza para mis ojos, procuro no abrir la ventana, hasta que no salga a la calle no veré con certeza esta realidad y seguiré soñando de un lado para otro de la casa. Seguro que algo se me olvida, voy tan acelerada. La mañana intenta interponerse en mi camino con sonidos aleatóriamente ridículos en la radio, prefiero apagarla. Va pasando el día y me doy cuenta de la buena mañana que está haciendo, lo que me he perdido en mi cabeza por no querer salir de ella de vez en cuando. Sola continuo bailando al son de mis pasos, las nubes que interrumpen al sol hacen que deslumbre todavía más.
He llegado a casa de nuevo, sólo por unos minutos, recogeré mis cosas y volveré a disfrutar de la soleada tarde, de la soledad de la tarde. No me quejo, cuando bajo del bus ando cantando mi canción preferida. Este pueblo es el cuento de nunca acabar,unos cuantos saludos, unas sonrisas forzadas, y de vuelta a casa, a ver que ha pasado durante mi ausencia, quizás alguna hoja se haya caído de alguna planta, o algún libro de mi habitación esté llorando de pena con una despedida en la estación de tren.
La habitación tal cual la dejé esta mañana, o quizás anoche, ya no sé, el aspecto exterior de las cosas no cambia demasiado.
Vuelvo a salir a la calle, me paro unos segundos a respirar este aire que me sobrecoge, la noche ha llegado para mi, corro de una acera a otra para llegar a lo más alto, para imaginarme en estas callejuelas cantando una canción infinita.
Me quedo mirando aquella ventana que dejó de tener vida hace mucho tiempo. Esta casa dejó de tenerla hace unos tres años, ahora sólo intentamos que no caiga en el olvido, sentándonos en las mismas mecedoras que siguen calientes, en cualquier rincón os veo caminando con una sonrisa incondicional, hablando de mi con esa vocecilla que moría por segundos, y yo con ella, que manera de echar la vista atrás tan dolorosa, tan dolorosa que siempre la llevaré conmigo.

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