Momentos en los que te sientes impotente, que por tu boca saldrían sonidos cual batalla campal. Piensas que podrás arrepentirte después, es verdad, esa sansación de culpa y verguenza a la vez me hace indeseable. Quiero compartir pues la sensación de no sentirse arrepentida, cuando sientes que tienes todo el poder y derecho de hablar, nunca dejaría de hacerlo, la vida duele, nadie tiene la culpa, pero todavía duele más si alguien se empeña en fastidiártela.
Stella, niña tímida, pequeña, que lloras y ries en silencio, a veces pareces tan buena que pasas desapercibida y nadie se percata de que ocupas un espacio más moral que físico, para lo bueno y lo malo, de tanto que callas, pareces más agresiva cuando hablas, no te toman en serio que callar es de intligentes pero callar más de la cuenta de inútiles, y tu palabra, que es lo más valioso de ti misma, lo que te hace ser tú, no deberías perderla, no te sientas condicionada por lo que puedan decir, y aunque todo el mundo vaya en tu contra, no te entiendan, sigue adelante, con lo tuyo, no te sientas avergonzada por una mirada de odio, tu coraza es más grande que todo eso, y si has aprendido la lección, sigue ensayando en el curso de la vida y no dejes de aprender, de ver, de sentir, de hablar sobre lo que sientes, de quedarte callada aunque parezcas idiota.
Que nadie destruya tu ilusión de jugar al baloncesto, sabes que puedes conseguir todo lo que te propongas, aunque nadie lo vea. aunque mueras de rabia en un banquillo, sin ni siquiera darte la oportunidad de ser alguien en el campo, gritas a los cuatro vientos tus sentimientos y hoy, cuando has despertado, lo hiciste sonriendo, te vi desde la ventana deseando salir a comerte el mundo. Grita que el mundo se equivoca, grita por el cambio. Sobre todo sigue escribiendo, de nada en concreto y de todo en general, escribe por ti, escribe creciendo, y que tus palabras transmitan diferentes percepciones en el ciclo de la vida.
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