Como cada año y en estas fechas tan señaladas me siento con la necesidad de nostálgicamente recordar el pasado. de recordar 365 días mas o menos. Si no fuese porque los escaparates cambian de color quizás aun estaría bañándome en la playa, tumbada en la arena, torrándome al sol. Basta con desviar la mirada del centro de mi imaginación a cualquier otro lugar para darme cuenta que hay que cambiar la forma de llevar la vida. De saludar a la gente. De mirar la cartera.
Las pequeñas cosas han brindado este año las sonrisas de cada mañana. Me gustaría quedarme un ratito más en este año, a ver de qué forma acabaría esto, no quiero empezar algo nuevo sin ver terminar lo empezado, ni dejar a un lado lo que vagamente construimos sin tener algo mejor que hacer, ni olvidar por olvidar a quien hace de cualquier día un sol eterno.
No me gustaría proponerme cosas que antes era incapaz de hacer, seguramente no sirva para ello, no me gustaría ver terminar los buenos momentos del 2007, si no que sólamente sea una prolongación de esto que llaman vida nueva, y así sucesivamente vayan pasando los años, sin saber donde empieza y acaba lo bueno, que cada cosa buena que me pasa en la vida se quede conmigo para siempre, midiendo el peso de la felicidad por años.